El cuarto de los ODS es sin duda un anhelo de los jóvenes en todo el mundo. Mientras algunos luchan por asegurar este derecho, otros buscan protegerlo y mejorarlo.
Educación de calidad. Sin duda es una de las consignas más escuchadas en la sociedad chilena en los últimos años: “educación pública, gratuita y de calidad” fue uno de los lemas indiscutidos del movimiento estudiantil que, desde 2011 en adelante, se tomó las calles hasta lograr meter en la discusión pública el tema.
Pero no se trata sólo de un fenómeno de Chile. Cuando las Naciones Unidas hablan de “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” se refieren a un anhelo sentido en todo el mundo. Ya sea en el África subsahariana, donde viven más de la mitad de los niños que no se han inscrito en la escuela a nivel mundial, o en países desarrollados donde, aunque se ha conseguido la igualdad entre niñas y niños en la educación primaria, aún no se ha logrado el objetivo a todos los niveles educativos.
“En sociedades desiguales como la nuestra, la calidad se relaciona con la superación de las condicionantes del contexto. De este modo no sólo es necesario conocer qué establecimientos tienen mejores resultados sino que también, cuáles logran compensar los déficit de entrada de los alumnos o cuáles agregan más valor a la realidad inicial de los estudiantes”, dice al respecto Sergio Martinic, académico de la Universidad Católica de Chile. “La calidad está en relación con un ‘para qué’ o sentido que va más allá del logro de la eficiencia del sistema, de los aprendizajes cognitivos o de la inserción laboral futura de los estudiantes”, agrega.
De los 15 proyectos seleccionados por Concausa, cinco eligieron el ODS 4 como su línea principal. Tomando en cuenta lo que señala el profesor Martinic en el párrafo anterior, de alguna manera todos trabajan en torno a las “condicionantes del contexto” de las comunidades donde intervienen, ya sea desde el punto de vista ecológico, cultural, identitario, de atención temprana a niños y niñas cuyas madres están encarceladas, en fin, haciendo su parte para que la realidad inicial de esos chicos y chicas se vea enriquecida por la interacción.
Te invitamos a conocer más de estos proyectos (¡clic aquí!), a involucrarte con ellos, a interactuar con tu comunidad y ver qué puedes hacer para que la educación de calidad deje de ser una consigna y sea una realidad.